(Texto tomado de: el-katib.blogspot.com)
Anoche revelé el secreto mejor guardado de esta historia: tu nombre. Por primera vez en tanto tiempo me atreví a nombrarte delante de alguien que no era mi reflejo en el café, ni mi sombra bajo la luz del parque, ni tu fantasma que sigue habitando en mi cama.
Fue a un amigo a quien le dije tu nombre, un nombre que no le suena, que no le significa la losa que he venido cargando, si acaso a él le servirá para darle un poco de forma a todas esas historias que seguramente ya está cansado de escucharme. Siempre creí que revelar tu nombre sería como tirar un collar al río y sentarse a mirarlo hundirse. Pero no, me volví a equivocar contigo.
Tu nombre regresó a mí como un búmerang, me partió la frente en dos y me dejó tumbado en un lecho de silencio.
1 comentario:
Publicar un comentario