Felipe, su hermano, no viste un jersey de los Gigantes de Nueva York, aunque es seguidor de ellos.
El Poncho jamás se pondría un uniforme de los Potros de Indianapolis. En realidad adora a los Jets de Nueva York
Felipe no es alto, ni fuerte, ni güero, ni acaba de ser nombrado el Jugador Más Valioso del Super Bowl tal y como le acaba de pasar a Eli.
El Poncho no posee un anillo de Campeón, ni gana millones de dólares por filmar comerciales como lo hace Peyton Manning.
Sin embargo, el Super Bowl XLII entre Gigantes y Patriotas se escribió con un guión que resaltó el amor, el apoyo, el sufrimiento y la felicidad entre dos hermanos. Y de eso, si tienen mucho en común Felipe y El Poncho con Eli y Peyton.
Hay más: Eli y Felipe se han enfrentado a muchos obstáculos en la vida. Ambos, se debieron sobreponer a duras críticas y estuvieron a punto de caer en lo más profundo del fracaso.
Pero su entereza los sacó adelante. Eli es un Campeón de la NFL. Y Felipe, por el amor a sus hijas, el sacrificio y entrega en su empresa, y la nobleza que tiene con el mundo es un Campeón de la vida.
Por eso, El Poncho sabe lo que Peyton sufrió en los momentos más difíciles del Super Bowl.
Hizo los ademanes, le sudaron las manos y se emocionó de la misma forma en que le sucedió al pasador de los Potros en el palco del estadio en los momentos de más apremio para su consanguíneo.
Cuando vio setenciado el marcador en favor de los Gigantes, lo disfrutó más que si fuera una victoria a favor de su equipo.
Sólo de saber la felicidad que en ese momento embargaba a Felipe, El Poncho sintió un nudo en la garganta que le provocó una furtiva lágrima.
Y sólo por el amor a su hermano.
Un Super Bowl que enlazó a Eli y Peyton...
...y también a Felipe y El Poncho
2 comentarios:
No conozco a los jugadores pero lo del amor de hermano sí me llegó. Saludos.
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