viernes, 1 de junio de 2007

El mayo de cada cinco años...

¿Qué las coincidencias no existen?
Eso reza el refrán pero no estas de acuerdo.
Menos cuando con cinco años exactos de coincidencia en el mismo mes, el de mayo, las dos personas que más quieres pasaron profundos problemas de salud, hasta el punto de hacerte sentir un boxeador golpeado inmisericordemente por su rival.

Mayo del 2002.
Recibes la primera felpa: tu madre va a dar al hospital producto de un accidente.
Aunque su vida nunca está en peligro, la fractura en el tobillo le provoca una dolorosa operación, la incrustación de un clavo y, por si fuera poco, una larga, tediosa, rabiosa, desesperante e inolvidable rehabilitación.
Pero en el fondo, lo que en realidad te duele es el cuadro: tendida, sollozante, débil, avejentada, yace tumbada en el lecho tu madre, la mujer que siempre viste fuerte, valiente, emprendedora, independiente.
¡Pum!
Golpe despiadado, crudo de la vida. Aunque lo sospechabas, ahora tienes la consciencia de que tus seres queridos, los que habitan el centro de tu corazón, también son vulnerables a la vida y no puedes salvarlos ni con tus poderes de super héroe.

Mayo 2007.
Se trata de Felipe, tu hermano. Tu extraterrestre con el que jugaste de niño a invadir galaxias. Sudaste tardes enteras compartiendo la pasión por el futbol.
Tu ídolo infantil porque te protegió de los grandulones abusadores. Que era tan fuerte para cargarte cuando dormías, o tan delicado para cambiarte los pañales cuando tu consciencia apenas nacías.
¡Pum!
Segundo trancazo de la vida.
Felipe, tu hermano, se enferma. Cae víctima de las presiones hasta el punto que se destruye su interior. Es un ángel caído, un hombre con el corazón más noble que jamás hubieras conocido y por lo que piensas que es injusto que deba pasar por ese trago amargo.
Te preocupas por la implicación de su enfermedad no es sencilla. Las hijas de Felipe, tu hermano, son tres florecitas de siete, dos y un año de edad que no comprenden nada de lo que pasa.
No eres el mismo que enfrentó el problema de tu madre hace cinco años. Estás más preparadado en la base económica, pero no dejas de llorar en tu corazón.
Con tu vida quisieras eliminar el dolor a Felipe, tu hermano.

Que fueran tus ojos los que derramaran las lágrimas y no tu madre.

Que fuera tu cuerpo el receptor de las dolorosas revisiones e inyecciones.

Que tu humanidad fuera la que entrara al quirófano y se pasara las cinco horas que Felipe, tu hermano estuvo tendido en la fría plancha.

Y conforme avanza el tiempo, y ves que Felipe, tu hermano, se levanta poco a poco y comienzas a sólo percibir el reflejo del pasado como un brillo que se aleja en el espejo retrovisor del tiempo, sabes que has vivido dos batallas a 12 rounds con la vida.

¿Estarás listo para el siguiente round, el que la vida te prepara para dentro de cinco años?
¿Afrontarás con más fuerza y preparación el mayo de 2012?
¿Serás tu el que pase el trago amargo de ver perjudicada tu salud o algún dolor semejante?

Ahí estarás.
Listo o no.
De eso se trata la vida.
De librar batallas.

2 comentarios:

Flack dijo...

Amigo, Eres un gran ser humano y quisiera tener un hermano como tú. Mi madre tuvo otro hijo a parte de mí, pero como si no fuera mi hermano, algún día nte contaré por qué. En mayo del 2012 estaremos platicando de nuestras experiencias de vida y tal vez nuestros hijos sean tan amigos como lo somos nosotros. PD.- Recuerda que siempre hay alguien que te escuchará cuando lo necesites y si necesitas llorar, hazlo! no te reprimas. Un Abrazo.

Luis Hernández dijo...

Eres de las personas que se pueden considerar como un excelente amigo.

Y, aunque no tengo el tiempo que quisiera para al menos mantenerme en contacto, sabes que ahí estamos en el momento que se necesite.

En serio, eres un gran brother.

Un abrazo. Ánimo. Saludos.