Recuerdas aquella tarde.
Estabas en la que te parecía la enorme sala de tu casa. Junto a tu enorme hermano. Llegó tu enorme madre con una enorme noticia: John Lennon había muerto.
"¿A poco?", inocentemente preguntó tu hermano. Tu seguiste simplemente dejando correr la vida.
Tenías cinco años. Eras un pequeñito. Te quedaba enorme la noticia.
Era la muerte de un símbolo de una generación.
Ha pasado mucho tiempo.
Esta tarde estabas en la no tan enorme redacción del periódico en el que trabajas.
Junto a la no tan enorme gente que colabora contigo.
La noticia llegó en la siempre enorme televisión:
Michael Jackson ha muerto.
El enorme símbolo de otra generación.
Reacción inmediata: "¡Hay que cambiar la portada de espectáculos!", gritaste.
La adrenalina fluye.
Ya nadie pregunta "¿A poco?"
La noticia sobre Lennon, que en el ayer fue un enorme concepto que no entendiste, hoy, con Jackson, paso a ser uno de los motivos de tu supervivencia.
Contar una enorme historia.
Triller.
El pasito de dance caminando hacia atrás.
El guante blanco.
Los enormes lentes Ray Ban.
Un momento que aunque hoy eres mucho más grande, no dejo de ser
ENORME...
