Jessi:
Te escribo estas líneas apenas a unos minutos de haber colgado el telefóno y me dieras la noticia de la muerte de Mario Benedetti.
¿Y sabes? No puedo entender como una persona que en este momento de mi vida amo tanto como a ti, me diera una noticia tan mala.
Vaya que es una ironía de la vida ¿no?
Quizás como ninguna otra persona en el mundo, me hubiera gustado ser Mario Benedetti.
Lo descubrí de forma casual. Y ya tarde en mi vida. De hecho, por don Mario, junto a Sabines, Paz y Gelman, que la poesía entró a mi vida y me cambió el horizonte de la sensibilidad.
A don Mario le sentí tan propio, tan personal, tan igual a lo que pensaba, que me di el permiso de adoptarlo como mi abuelo. El abuelo que hubiera querido que me contara historias,
que me reseñara cuentos,
que me recomendara libros
que hubiera ayudado a inventarme una frase para que diario te enamores de mi.
A don Mario le vi recitar sus textos sólo por documental, y me ganó el alma y me creo un alter ego cuando lo vi recitar de memoria "Corazón, coraza" en alemán en el Lado Obscuro del Corazón.
Por don Mario me desvelé leyendo sus versos, y luego disfrutando sus historias. Creo que ha habido tan pocas historias que me hayan hecho llorar tanto como lo hizo "La tregua" y adopté a Avellaneda como uno de mis personajes preferidos.
De don Mario arpendí un modo crítico de ver al mundo y de combinar la inspiración que da el amor, con la inspiración que da la protesta.
"Los abruptos
pueden ser violentos
tozudos
y hasta sectarios
pero los
exabruptos
son siempre
resentidos"
Por mi abuelo, por don Mario, tuve a bien crearme la fantasía de que pese a mi soledad, a mi decadencia, un día llegarías a mi vida y tendría algo que decirte, algo que recitarte:
"Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más docil
ni más cauta
tan sólo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero"
A don Mario lo envidié porque debió estar muy enamorado. Lo odiaba porque yo estaba sólo. Y es que solamente en un estado de amor en extasis podría escribirse, describirse lo que sirve y no sirve:
La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve
no me sirve
no me sirve tan mansa
la esperanza
la rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve
no me sirve tan sabia
tanta rabia
el grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve
no me sirve tan bueno
tanto trueno
el coraje tan docil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve
no me sirve tan fría
la osadía
si me sirve la vida
que es vida hasta morirse
el corazon alerta
si me sirve
me sirve cuando avanza
la confianza
me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
si me sirve
me sirve la medida
de tu vida
me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
si me sirve
me sirve tu batalla
sin medalla
me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y tu mano segura
si me sirve
me sirve tu sendero
compañero
Y también lo acepto, don Mario, mi abuelo, me acompañó en noches de bohemia, para aderezar y ponerle un motivo y un fin expresado en un versos, lo que mi inspiración no era posible de hacerme plasmar:
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Querida Jessi, la noticia de don Mario es muy triste para mi. Ahora me pregunto a dónde iran a parar todos los poemas que aún no nos escribía...
Te amaba antes de que llegaras, porque estaba don Mario junto a mi para añorarte.
Hoy, te amo por estar junto a mi, pese a que ya no tengo a mi abuelo, a don Mario.
Alfonso
Si te acuerdas, piensa en mi, porque soy una especie en extinción
No hay comentarios:
Publicar un comentario