Para El Poncho este momento llegó a parecer que nunca ocurriría. Su sonrisa al momento de teclear el marcado día 27, fue sincera, libre, profunda.
Pese a que siente que su corazón sufrió una rara mutación durante el lapso de la ausencia de Yareni, El Poncho quiere agradecerle a ella, a unas horas de su llegada, el estado de sensibilidad que le produjo el ayuno de su presencia.
Nunca, desde que había abierto su blog, tuvo mejor pretexto y tan alta voluntad para alimentarlo con un texto diario que sólo era pensado y dirigido a ella.
El Poncho no quiere perder el sentido de la realidad y sabe que su detalle posiblemente no llegue a ser el más valioso en la historia de las relaciones humanas, pero esta seguro de que fue realizado con mucha integridad, sinceridad y amor.
La forma en que quiso darle cerrojazo a su espera, tuvo una afortunada y grandísima coincidencia: significó para El Poncho la posiblidad de conocer en persona a uno de sus poetas favoritos, nada menos que Juan Gelman.
El Poncho pensó mil veces cuál sería el regalo que le gustaría darle de bienvenida a Yareni. Y sólo se dejo guiar, como siempre, por sus corazonadas:
- Don Juan, es un honor para mi conocerlo- le dijo El Poncho a Gelman al final de la conferencia en una sala de Bellas Artes.
- Es placer es mío, gracias- replicó el poeta.
- Quisiera que dediqué su libro a mi novia, Jessica.
- Con todo gusto. ¿Jessica se escribe con J, verdad?- agregó el escritor argentino, mientras comenzaba a estampar la mágica rúbrica "Para Jessica, con un cordial saludo", sin errar la ortografía con la que Yareni redacta su primer nombre.
- ¿Sabe don Juan? Me dedico al oficio periodístico en un diario deportivo, pero cuando trato de ejercer el oficio de poeta, siempre recurró a usted, a sus textos. Muchas gracias por todo lo que ha escrito y ha alimentado mis horas de lectura- se atrevió El Poncho a decirle a Gelman.
Fue entonces que don Juan levantó la mirada color verde mar, esbozó una leve sonrisa y
respondió: "Muchas gracias por decirlo. Me da un gusto enorme que hayas leído mis libros y saludame a tu novia".
El Poncho tardó un segundo para volver a la realidad.
Tomó el libro que será de Yareni y se fue conmovido por las palabras de Gelman, pues si las dijo, y viniendo de un poeta, sólo pueden ser verdad...
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